jueves, 13 de diciembre de 2012

Gráfico: La elevada tasa de paro en España dispara la productividad

(2005-2012)
Elaboración propia con datos de Eurostat e INE

Uno de los problemas que ha arrastrado España, desde la entrada en vigor del euro, ha sido la baja productividad de nuestro país y, como consecuencia, la escasa competitividad de los bienes y servicios producidos en España. Se puede definir productividad como la relación entre los bienes y servicios finales obtenidos en el proceso de producción y los recursos utilizados. Es un indicador de eficiencia que relaciona la cantidad de producto utilizado con la cantidad de producción obtenida. (definición de Miguel Ángel García, profesor de Economía en la URJC y jefe del Gabinete Económico de CC.OO.)

Para calcular la productividad en un país se suele usar la productividad aparente del factor trabajo, un indicador que divide la producción entre el número de ocupados, es decir, se divide el PIB real entre el número de personas que están trabajando. Cuanto más alto sea el PIB y menor el número de ocupados la productividad será mayor, lo que en principio supone precios más bajos (se produce más con menos) y unos bienes y servicios más competitivos respecto a los del resto de Estados menos productivos.

Como se puede observar en el gráfico, en España el crecimiento de la productividad fue nulo o incluso negativo durante los años de mayor crecimiento económico. Y es que, durante esos años la ocupación creció con fuerza a la vez que la tasa de paro disminuía, es decir, el divisor de nuestra división (producción entre número de ocupados=productividad) era cada vez más alto, de modo que el cociente (productividad) no crecía. Es cierto que el dividendo (PIB) también aumentaba, pero a un ritmo menor que el divisor.

La explicación de este fenómeno es sencilla, el modelo productivo de España se centró en la construcción, un sector muy intensivo en factor trabajo (se necesitan muchos obreros para construir una casa) que propició un fuerte incremento del número de ocupados, mientras que el escaso valor añadido de este sector no ayudó a lograr un crecimiento del PIB proporcional. La burbuja inmobiliario empleó a millones de españoles en un sector con escaso valor añadido y poco productivo, por eso, España registró unos crecimientos de la productividad muy reducidos, mientras que Alemania u Holanda registraban otros mucho más elevados. (En Alemania fabricaban BMW y en España ladrillo)

Ahora que se está destruyendo puestos de empleo cada día, el número de ocupados es menor cada vez que se publican las encuestas de la EPA, mientras que el PIB no se ha movido demasiado desde que comenzó la crisis. En términos generales el crecimiento real del PIB se ha estancado en España. Por eso la productividad crece tanto en estos momentos, el divisor (los ocupados) ha caído con fuerza, mientras que el dividendo (PIB o producción) se ha mantenido estable. Además, la mayoría de los puestos de trabajo que se han destruido estaban relacionados con el poco productivo sector de la construcción. Ahora, la productividad crece a pasos agigantados en España (con menos ocupados seguimos produciendo lo mismo) mientras que en Alemania y Holanda se ha estancado. A largo plazo, esta situación debería llevarnos a crear empleo de nuevo, puesto que nuestros bienes y servicios van ganando en competitividad mientras la situación se mantenga así.

Sígueme en @vnieve19

1 comentario:

  1. Simplemente matemáticas..pero habría que preguntarse qué valor añadido ha producido muchos de los antiguos empleos... ¡qué pena de país! Si resulta que nuestro PIB prácticamente no se mueve con casi seis millones de parados...¿entonces esos seis millones de parados son necesarios en la economía o sobran? Me da mucha pena, pero creo que la respuesta es obvia

    ResponderEliminar